🎲✨ La vida es como una partida de Bingo ✨🎲
- Heidi Elen Mesa Monsalve

- 11 may
- 4 Min. de lectura

A lo largo de mi vida me he encontrado con muchos obstáculos y retos. Si bien soy una persona afortunada —lo que muchos llamarían “bendecida” 🙏—, siento que no lo he tenido fácil. Después de mucho sufrimiento y, posteriormente, de mucho trabajo personal, he aprendido a transformar el dolor en resiliencia.
La resiliencia no es otra cosa que plasticidad cerebral: la capacidad de adaptarnos, de ver las situaciones con otros ojos y tomar acción para estar mejor (Doidge, 2007).
También tengo que confesar que, aun con todo mi conocimiento de teorías psicológicas 📚, hay momentos en los que he querido renunciar a todo. Aunque no pienso en hacerme daño, a veces he querido desaparecer… dejar de luchar 💭. Quisiera decir que eso fue hace tiempo, pero la verdad es que esos estados aún vienen y van 🌫️.
Recientemente sucedieron una serie de eventos en mi vida que me llevaron a ese punto: a sentirme cansada de luchar 😔 y hacer lo que hago cuando ya no quiero más… aislarme, tomar distancia de mi red de apoyo 🫂, simplemente refugiarme en trabajar obsesivamente 💻 como un mecanismo para anestesiar mi dolor 💔.
Sin embargo, la semana pasada me sucedió algo extraordinario que me abrió los ojos 👀. Llegó desde un lugar de donde me han llegado enseñanzas muchas veces ✨, pero esta vez el mensaje fue tan claro, que cuando me di cuenta, las lágrimas llenaron mis ojos 😢.
Les quiero contar lo que pasó…
Además de ser psicóloga, soy profesora 👩🏫.Lo he sido por muchos años y, después de mucho tiempo, tengo otra vez el privilegio de trabajar con niños y niñas 🧒🏽👧🏽.
Para la planeación del sábado pasado, preparé una actividad de Bingo para que mis estudiantes practicaran los números en inglés de una forma didáctica 🎲. Todos estaban muy emocionados, pues había un pequeño premio 🎁.
Empezamos a jugar, y noté que Paulina, una de mis estudiantes, estaba particularmente entusiasmada ✨.
Cuando ya había llamado casi todos los números, a Paulina y a otra compañera —que no parecía tan emocionada con la actividad— les faltaba solo un número. El ambiente se puso tenso 😬, y Pauli se puso muy nerviosa 😟. A ella solo le faltaba el 31; a María José, solo el 16.
“Bingo”, dijo María José, sin mayor emoción.
Pedí silencio porque debía verificar los números para confirmar que realmente había ganado. Todos estuvieron en silencio durante un momento, y cuando lo confirmé, Paulina empezó a llorar desconsoladamente 😢.
“¡Trampa!”, me dijo. “María José hizo trampa.”
Yo le expliqué que no había trampa, que ya habíamos verificado y que María José tenía todos los números que habían sido llamados. Me acerqué, le di un abrazo 🤗 e intenté consolarla. Pero media hora después, durante el descanso, Paulina seguía llorando, triste y enojada 😞.
Me acerqué a ella y le dije: “Pauli, quiero explicarte algo, mi amor. Sé que te esforzaste, que sentías que merecías ganar. Pero primero, no hubo trampa. Y segundo, así son las cosas. A veces, la probabilidad favorece a otros, y aunque nos parezca injusto, ellos también merecen jugar y ganar.
A lo largo de la vida te vas a encontrar momentos donde, por más que te esfuerces en una relación, tu pareja tal vez querrá terminar 💔. O donde, por más que te esfuerces en tu trabajo, tu jefe o tus compañeros no lo reconocerán. Llegará el día en que tendrás que decir adiós a tu mascota 🐾 y a tus seres queridos, y eso simplemente lo tendrás que aceptar y seguir adelante con la mejor actitud 🤍.”
Le asegure —mientras la abracé— que todo estaría bien 🌈, que ya traería otro Bingo y otros premios, pero que lo más difícil que tenía que decirle era que había una enorme posibilidad de que en futuras partidas tampoco ganara. Que la buena noticia era que, si perseveraba, algún día llegaría su recompensa 🏆.
Además, le dije que debía entender que la finalidad del Bingo no era ganar el premio. El premio, en sí, era aprender 📚.Y eso ella ya lo había logrado porque yo había visto cómo escuchaba y repetía los números con atención. Que un día comprendería que todo tiene un propósito superior 🌟...
Para terminar señale: “Mira, son las 10. Tienes dos opciones: aceptas tu pérdida, te quedas con la lección y disfrutas el resto de tu día... o te quedas llorando hasta la 1 y te pierdes la oportunidad de compartir esta mañana con tus amig@s”.
Mágicamente, después de otro abrazo, Paulina se secó las lágrimas y empezó a jugar ponchado. En minutos, su rostro se iluminó ✨, y como por arte de magia, había olvidado que perdió en el Bingo.
Yo, en cambio, me quedé impactada por mis palabras. Porque comprendí que no le estaba hablando solo a Paulina. Entendí que mi sabiduría interior me estaba hablando a mí 🌿.
Que la vida es como el Bingo. Nos enfocamos en el premio, pero no comprendemos el propósito mayor. Gritamos “¡injusticia!” incluso cuando no la hay. Y aun si la hubiera, la mayoría de las veces no es nuestro lugar reclamar.
La vida, como la clase, empieza a las 8 y se termina a la 1. y está en nosotros hacer que ese tiempo sea amable para nosotros mismos y para los demás porque después de la 1 ya no hay espacio para recuperar el tiempo perdido. No habrá oportunidad para dar los abrazos 🤗, los besos 😘, para decir los “te quiero”, para disfrutar 💬. Y uno nunca sabe… puede que no haya otra clase después.
Comprendí que he sido una niña berrinchuda, que perdió una —o tal vez varias— partidas, pero que también ha ganado muchas veces. Que, mientras haya vida, hay esperanza. La decisión es mía: puedo quedarme sintiéndome mal o seguir adelante, viviendo intensamente cada momento hasta que sea mi hora de marchar 💖.



Hermoso. Gracias heidi
Me encantó el mensaje. Como docente vivimos a diario estas situaciones, pero hay que enseñar a los niños a ser resilente y tomar de la mejor manera las situaciones que nos aquejan o alegran. Para mi vida es una reflexión, aún hay una pequeña Adriana que debe aprender a manejar y decidir en muchas situaciones y aprender de ellas.
Gracias 🫂
Excelente me encantó
Genial
Gracias Heidi, tus mensajes son profundos y de peso.