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Aquí no hablamos de Bruno🧠🌿


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La salud mental siempre ha sido un tema importante para mí. Tanto, que decidí estudiar Psicología. Recuerdo que una vez, en el pregrado, una profesora nos preguntó por qué habíamos elegido esa carrera. La mayoría de mis compañeras respondió: “para ayudar a los demás”. Yo, sin dudarlo, dije: “para ayudarme a mí misma”.

Esa fue la primera vez que lo dije en voz alta. Que acepté que necesitaba ayuda, más de la que mis propios prejuicios me habían permitido buscar. Y es que cuando vi la película Encanto, entendí que en algún momento de mi vida yo fui el Bruno de mi casa: esa figura silenciosa, incomprendida, de la que no se habla, pero que carga con un peso enorme.

A los 21 años fui diagnosticada con un episodio de depresión mayor. Estuve medicada y pasé varios meses literalmente acostada. Quería salir de esa situación desesperadamente, pero ni mi cuerpo ni mi alma podían. Experimenté episodios de desconexión con la realidad que, en su momento, algunos interpretaron como síntomas de esquizofrenia. Hoy, con otra mirada, entiendo mi dolor… y también el de mi familia. Pero también entiendo la incomprensión. ¿Qué razón tenía una mujer joven, sana, con un futuro prometedor, para estar así? Esa pregunta, cargada de juicio, todavía resuena en muchas casas. Y duele.

💬 La salud mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), no es solo la ausencia de trastornos, sino un estado de bienestar en el que la persona puede desarrollar sus capacidades, afrontar el estrés cotidiano, trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad. Es decir, no se trata de “estar bien todo el tiempo”, sino de poder sostenernos, sentirnos y cuidarnos incluso en medio de lo difícil.

Entonces, ¿qué pasa cuando esa salud mental se ausenta?La ausencia no siempre es un diagnóstico. A veces es el insomnio que se repite, el llanto que se esconde, el cuerpo que pesa, la vida que se vuelve ruido. No siempre hay medicamentos, pero sí hay sufrimiento. Y muchas veces, ese sufrimiento no se reconoce porque no encaja en ninguna etiqueta. Como bien señala Becoña (2021), es esencial ampliar la mirada sobre la salud mental y entender que el malestar psicológico no siempre implica un trastorno, pero sí merece atención y cuidado.

🧩 ¿Pero… en verdad hemos avanzado?

Desde la ciencia, claro que sí: la psicología y la psiquiatría han logrado avances enormes. Las redes sociales están llenas de campañas y frases sobre el bienestar emocional. Pero también veo que muchos términos clínicos se han convertido en clichés o insultos: “tengo la depre”, “ese es bipolar”, “estás re esquizofrénico”. En las comunidades con las que trabajo, escucho a niñas y niños usar la palabra “esquizofrenia” para ofender a otros. Eso me duele. Porque evidencia que el estigma no se ha ido, solo se ha disfrazado.

📚 Como explican Corrigan y Bink (2021), el estigma social sigue siendo una de las principales barreras para que las personas busquen ayuda. A menudo, el miedo a ser juzgados o etiquetados impide hablar, pedir apoyo o incluso aceptarse.

💡¿Qué podemos hacer?

🌱 Aceptar que todos somos humanos complejos, con días buenos y días oscuros.🧘🏽‍♀️ Buscar ayuda profesional sin culpa ni vergüenza.🍎 Cuidar el cuerpo con amor: descanso, alimentación natural, movimiento amable.📚 Educar(nos) en salud mental, desde la infancia.💬 Hablar sin miedo, con respeto, sin burlas.🌻 Y sobre todo, entender que lo que llamamos “enfermedad mental” no siempre es enfermedad: a veces, es una forma del alma de pedir auxilio, una forma del cuerpo de decir “ya no puedo más”.

Han pasado más de 30 años desde aquel diagnóstico. Hoy, puedo decir que no solo estoy mejor: estoy más consciente, más despierta y más compasiva conmigo misma. Y quiero creer que si seguimos hablando —sí, de eso que no se habla— tal vez llegue el día en que ningún Bruno tenga que esconderse nunca más.

📚 Referencias

 
 
 

6 comentarios

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Invitado
09 may

Hermoso artículo, gracias por compartir un pedazo de lo que eres ,me sentí muy identificada, la vida no sólo es un aspecto. En la sociedad te suelen calificar con uno , deacuerdo al rol que decidiste desempeñar, o cuanto tienes cuanto vales, y de acuerdo a eso lanzar juicios de quien eres, y lastimosamente ir apagando nuestro ser, ese q nos conecta con lo q verdaderamente somos , con nuestro verdadero propósito y porq estamos aqui, q de acuerdo que lo vamos descubriendo y adentrando en nosotros mismos, encontramos que no hay nada q ser ,y aunque no es fácil nos daremos cuenta al final de todo que podemos ser libres siendo nosotros mismos .

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Invitado
05 may
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Excelente articulo.

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Invitado
04 may

Dios mio todo esto me encanta me identifico con todo esto q leo yo si q necesito ayuda y sanar🥺

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Invitado
04 may
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

¡Gracias por este hermoso blog. Siempre es un deleite o poder conversar o leerte!

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Gloria
04 may
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

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